El trastorno obsesivo-compulsivo (OCD) puede ser debilitante y agotador, y reducir enormemente la calidad de vida. Aunque la psicoterapia y los fármacos están disponibles como formas de tratamiento para el OCD, un gran número de personas lo padecen independientemente de su capacidad para reducir los síntomas, no responden a estas opciones de tratamiento o sufren sus efectos secundarios.
- Que Es El Trastorno Obsesivo Compulsivo Ocd
- Sintomas Del Ocd
- Signos Obsesivos
- Sintomas De Comportamiento Compulsivo
- Ocd Y Trastorno Depresivo Mayor
- Tratamientos Tradicionales Del Trastorno Obsesivo Compulsivo
- Terapia De Exposicion Y Prevencion De Respuesta
- Terapia Cognitivo Conductual Tcc
- Farmacologia
- Que Es La Estimulacion Magnetica Transcraneal
- Tipos De Tms
- Tms Para El Ocd
- Como Es El Tratamiento Con Tmsd Para El Ocd
- Ventajas De La Tms Para El Ocd
- Donde Puedo Encontrar La Tms Para El Ocd
Por suerte, existen nuevos y prometedores tratamientos alternativos. Si usted o un ser querido sufren OCD, la estimulación magnética transcraneal (TMS) puede ser la solución.
¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo (OCD)?
El trastorno obsesivo-compulsivo es una de las enfermedades mentales que cursan con ansiedad grave. Las obsesiones incontrolables de este trastorno de ansiedad conducen a comportamientos compulsivos.
Los miedos, preocupaciones o pensamientos irracionales se presentan en forma de imágenes perturbadoras no deseadas o pensamientos, ideas, sentimientos o sensaciones intrusivos. Estos factores, que se dan con frecuencia, llevan a quienes padecen el OCD a llevar a cabo rituales y comportamientos repetitivos o compulsivos, en un intento de prevenir o deshacerse de los pensamientos obsesivos y como forma de controlar o reducir la ansiedad.
El OCD puede consumir mucho tiempo y ser agotador, y generar una angustia significativa en la persona que lo padece, además de afectar a sus seres queridos y compañeros. La gravedad de los síntomas varía de leve a muy grave, mejoran o empeoran, y a veces aparecen y desaparecen con el tiempo, por lo que el tratamiento del OCD es vital.
Síntomas del OCD
Los síntomas del OCD se observan tanto en el elemento obsesivo como en el compulsivo.
Signos obsesivos
Un tema subyacente suele delinear los síntomas obsesivos. Suele incluir dificultad con la incertidumbre, necesidad de que las cosas sean perfectamente simétricas o estén perfectamente en orden, pensamientos sobre la pérdida de control, o a veces sobre hacerse daño a sí mismo o a los demás, pensamientos agresivos, miedo a la contaminación o a la suciedad, o pensamientos no deseados sobre temas religiosos o sexuales.
Una persona puede experimentar miedo a tocar a los demás o a ser tocada por ellos. Pueden sentirse incómodos tocando objetos que otros han tocado. Si los objetos no están colocados de forma ordenada o no están orientados en una dirección determinada, pueden experimentar estrés o ansiedad.
Pueden preocuparse en exceso, sobre todo por la posibilidad de que ocurra algo malo, o tener una fuerte necesidad de saber cosas que pueden considerarse triviales. Dudar de si han cerrado la puerta o apagado la cocina también es un signo. Los síntomas del OCD pueden presentarse en forma de imágenes desagradables o pensamientos sobre comportamientos inadecuados, como gritar obscenidades o chocar con un coche contra una multitud.
Síntomas de comportamiento compulsivo
Algunos síntomas conductuales del OCD están relacionados con conductas repetitivas centradas en el cuerpo. Por ejemplo, hurgarse la piel, lavarse las manos repetidamente hasta que la piel queda en carne viva o tirarse del pelo. Otros comportamientos compulsivos incluyen ordenar las cosas sistemáticamente o mirarlas de la misma manera.
Una persona que padece un trastorno obsesivo-compulsivo puede comprobar constantemente sus dudas, como si ha cerrado la puerta con llave o ha apagado la estufa, o puede prestar excesiva atención a los detalles. Podrían evitar cualquier cosa que pudiera desencadenar sus compulsiones, como dar la mano a otra persona. Pueden presentar acaparamiento, impulsos agresivos, repetir palabras o frases en silencio o contar siguiendo patrones específicos.
OCD y trastorno depresivo mayor
Entre los factores de riesgo para desarrollar un OCD se encuentran la genética, el temperamento, los acontecimientos vitales críticos, los factores ambientales y los antecedentes de trastornos de ansiedad o depresión. Las personas que padecen OCD corren el riesgo de desarrollar otros trastornos mentales. La comorbilidad del OCD con el trastorno depresivo mayor es frecuente y afecta a más de un tercio de los que lo padecen.
Esta comorbilidad dificulta aún más la vida de una persona con OCD, ya que no sólo disminuye su funcionamiento diario, sino que también provoca una peor respuesta al tratamiento del OCD. Quienes padecen esta comorbilidad tienen más probabilidades de sufrir otros trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad por separación o la fobia social.
La presencia de un trastorno depresivo mayor también está relacionada con síntomas de OCD más graves que los encontrados en quienes padecen OCD sin depresión, hasta el punto de aumentar las probabilidades de suicidio.
A menudo se utilizan antidepresivos para tratar tanto la depresión como el OCD, pero en algunos casos, las personas son resistentes a la medicación.
Tratamientos tradicionales del trastorno obsesivo-compulsivo
Los tratamientos eficaces tradicionalmente conocidos para el OCD incluyen la terapia de exposición y prevención de la respuesta (EPR), la terapia cognitivo-conductual y los fármacos.
terapia de exposición y prevención de respuesta
La EPR funciona bajo la dirección de un terapeuta en un entorno seguro, en el que la persona se expone gradualmente a situaciones que provocan sus obsesiones. La EPR es un tratamiento del OCD que consiste en enfrentarse a las obsesiones, objetos, imágenes, pensamientos o situaciones que provocan ansiedad mediante la exposición. El elemento de prevención de la respuesta pretende conseguir que la persona decida no realizar conductas compulsivas una vez provocadas estas obsesiones.
Pero como se necesita motivación y voluntad para seguir con la práctica constante de la EPR, tanto en las sesiones de terapia como en las tareas para casa, la depresión interfiere en este tratamiento del OCD, que es el más eficaz. La disminución del interés, la motivación y la energía se interponen en el camino de la constancia, por lo que el enfoque típico es abordar la depresión mediante el uso de medicación y terapia cognitivo-conductual.
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC es una forma de psicoterapia que se centra en los pensamientos y sentimientos, así como en la reacción física o el comportamiento de los pacientes con OCD. Ayuda a las personas a reaccionar con menos ansiedad ante ellos, mientras que un subtipo de TCC, denominado Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) ayuda a los pacientes a desarrollar flexibilidad y apertura a la hora de reaccionar ante los pensamientos obsesivos, al tiempo que se comprometen a un cambio de comportamiento.
farmacología
Algunos de los medicamentos utilizados para tratar la depresión también se utilizan para tratar el OCD. Se considera una de las opciones de tratamiento para reducir los síntomas del OCD y, aunque es eficaz, la remisión es poco frecuente, y muchas personas siguen teniendo una gravedad de los síntomas lo suficientemente alta como para seguir teniendo derecho a un diagnóstico de OCD. Algunos estudios han estimado que entre un 30% y un 40% de los pacientes siguen presentando síntomas después del tratamiento.
El tratamiento del OCD con fármacos también conlleva sus efectos secundarios.
¿Qué es la estimulación magnética transcraneal?
La estimulación magnética transcraneal (TMS) es un tratamiento no invasivo en forma de estimulación cerebral que utiliza impulsos electromagnéticos. Una corriente eléctrica que fluye a través de una bobina, colocada sobre la cabeza de una persona, produce campos magnéticos, que atraviesan el cráneo y producen un campo de electricidad debajo de él.
Las neuronas del cerebro se comunican y conectan a través de células cerebrales, conocidas como neurotransmisores, y forman una red neuronal cuando trabajan juntas. Los pulsos magnéticos breves y repetitivos de la Terapia TMS llegan a las estructuras y redes cerebrales frontales, estimulando y excitando las células cerebrales poco activas de quienes padecen diversos trastornos mentales. La estimulación produce una alteración de la comunicación y la conectividad entre neuronas, y una alteración de las vías neuronales.
El Gobierno Federal de Estados Unidos aprobó los dispositivos de Estimulación Magnética Transcraneal (TMS) para el tratamiento en psicoterapia en 2008, y el tratamiento se aprobó por primera vez para el tratamiento de la depresión mayor, especialmente la depresión resistente al tratamiento.
En 2018, la Food and Drug Administration (FDA ) aprobó la TMS como tratamiento alternativo para el OCD. Los investigadores y los clínicos también han visto su éxito potencial con el insomnio, el trastorno de estrés postraumático y el trastorno de pánico.
Tipos de TMS
El tratamiento con estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS), utilizado habitualmente para tratar la depresión, es una intervención terapéutica que ayuda a aliviar la gravedad de los síntomas, especialmente en pacientes que no responden a las opciones de tratamiento farmacológico. Se ha demostrado que la TMS repetitiva modifica la actividad neuronal en el córtex prefrontal del cerebro.
Utilizando una bobina diferente, la Terapia TMS profunda funciona con un rango de pulsos mayor que la TMS estándar, dirigiéndose tanto al córtex prefrontal dorsolateral izquierdo como al derecho. De este modo, la TMS profunda tiene un alcance mayor que la TMS convencional y puede llegar directamente a estructuras cerebrales más profundas, como el sistema límbico.
Esto hace que la estimulación magnética transcraneal profunda (TMSd) sea más eficaz para tratar el OCD, la depresión resistente al tratamiento y una amplia gama de trastornos mentales. Es la primera terapia nueva en más de una década autorizada por la FDA para tratar el OCD.
TMS para el OCD
El tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo suele llevarse a cabo con medicación, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), la EPR o una combinación de ambos.
Pero dado que casi la mitad de los pacientes con OCD no responden al primer tratamiento probado, la TMS profunda ofrece mucho.
Especialmente vital para quienes no han logrado una mejoría suficiente, un ensayo que condujo a la autorización por la FDA de la TMS para tratar el OCD demostró su capacidad altamente eficaz para reducir la gravedad de los síntomas del OCD. El ensayo controlado aleatorizado demostró que, al regular la actividad neuronal en estructuras cerebrales asociadas al OCD, como el córtex cingulado anterior y el córtex prefrontal medial, la TMS de alta frecuencia puede mejorar los síntomas del OCD.
La principal medida de resultado en los ensayos clínicos se denomina Escala Obsesivo-Compulsiva de Yale-Brown (YBOCS), según la cual una puntuación más alta indica una mayor gravedad de los síntomas. En el ensayo, el grupo activo logró una mayor reducción de la puntuación YBOCS que el grupo simulado, mientras que el seguimiento a un mes mostró unas tasas de respuesta del 45,2% en el grupo de TMSD frente al 17,8% en el grupo simulado.
La estimulación magnética transcraneal profunda puede reducir los síntomas del OCD al aumentar la capacidad de la persona para resistirse a las compulsiones, al tiempo que la ayuda a comprometerse más eficazmente con la terapia ERP.
Los datos de este ensayo clínico no son los únicos prometedores. Los datos recogidos y publicados en el Journal of Psychiatric Research en 2020 procedentes de 22 centros clínicos, incluidos los detalles del tratamiento y las medidas de los resultados, mostraron su beneficio tanto en los estudios como en la práctica clínica. La mayoría de los pacientes con OCD se beneficiaron de la terapia TMS profunda, evidente en 20 sesiones. Con el tratamiento posterior, más allá de 29 sesiones, los resultados mostraron una reducción continuada de los síntomas del OCD.
En el caso muy común de la depresión comórbida al OCD, la rTMS ha demostrado ser una herramienta terapéutica positiva. Un estudio demostró que 36 sesiones de estimulación magnética transcraneal repetitiva producían una respuesta completa de los síntomas del OCD y la depresión en la mayoría de los pacientes.
¿Cómo es el tratamiento con TMSd para el OCD?
Antes de una sesión de TMS, un médico revisará el historial médico de la persona y recomendará el tratamiento.
Una sesión de TMS profunda es segura, no invasiva y sigue unos sencillos pasos. En primer lugar, un técnico de TMS tomará medidas para garantizar la posición correcta de la bobina sobre la cabeza del paciente y se comprueba el umbral motor del paciente.
La parte inicial de cada sesión de tratamiento consistirá en una provocación o exposición breve y personalizada, en la que se expone intencionadamente al paciente a sus miedos relacionados con el OCD, para activar las zonas pertinentes del cerebro. Esta “exposición”, diseñada específicamente para cada paciente, va seguida de una sesión de tratamiento con TMSD de 18 minutos.
A continuación, la bobina H envía un pulso magnético que actúa para regular la actividad neuronal del cerebro cuando comienza la estimulación, y la persona puede experimentar una sensación de golpeteo debajo de la bobina. La zona a la que se dirige específicamente el tratamiento del OCD se denomina corteza motora suplementaria (SMA), ya que una SMA hiperactiva se asocia con pensamientos intrusivos desencadenados y movimientos repetitivos.
En los casos en los que la SMA no resulta muy eficaz en el tratamiento del OCD, se consideran otras posibles localizaciones, como el córtex orbitofrontal (OFC), el córtex prefrontal dorsolateral (dlPFC) y el córtex cingulado anterior (ACC). Una vez finalizada la terapia, la persona puede seguir con sus actividades cotidianas, incluida la conducción.
La TMS profunda suele consistir en un tratamiento diario, cinco días a la semana, durante cuatro a seis semanas.
Ventajas de la TMS para el OCD
La mayor ventaja del tratamiento con TMS es para quienes luchan contra la resistencia al tratamiento o quienes sólo han obtenido un alivio mínimo con el tratamiento farmacológico.
La TMS para el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo comparte ventajas con su tratamiento para la depresión; los muchos pacientes que han probado tratamientos de primera línea, como la EPR, la terapia cognitivo-conductual y la medicación, y siguen luchando contra el OCD y/o la depresión tienen ahora una vía alternativa. Los pacientes tratados con TMSD pueden funcionar a un nivel significativamente superior, sin efectos adversos, y en algunos casos mejoran más rápidamente que con los enfoques farmacológicos.
Aunque la estimulación cerebral profunda o la psicocirugía se han utilizado como opción terapéutica para pacientes resistentes al tratamiento, el tratamiento con TMSd conlleva menos riesgos, menos costes y evita las posibles complicaciones que conllevan estos procedimientos.
La TMS profunda no requiere sedación ni anestesia. La cirugía cerebral también conlleva un elemento especialmente ansiógeno para cualquier persona con un OCD grave, lo que a menudo provoca que no se quiera seguir adelante. La TMS es una alternativa terapéutica no invasiva.
A diferencia de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), el tratamiento con TMSD se dirige específicamente a las regiones cerebrales que intervienen en la regulación de los síntomas del OCD. Esto significa que el resto del cuerpo no sufre los efectos secundarios habituales de los antidepresivos. En lugar de náuseas, sedación, sequedad de boca, aumento de peso o disfunción sexual, es posible que una persona sólo tenga que sufrir molestias leves como efecto secundario del tratamiento con TMS, que desaparecen a medida que continúa la terapia.
Estas molestias incluyen dolor de cabeza leve, sensación de golpeteo en el cuero cabelludo, hormigueo de los músculos faciales o enrojecimiento en el lugar de la estimulación. La estimulación magnética transcraneal profunda tampoco provoca síndrome de abstinencia al interrumpir el tratamiento, a diferencia de los medicamentos.
Sin necesidad de hospitalización, el tratamiento con TMS se administra en consulta. También se realiza de forma ambulatoria y sin efectos adversos cognitivos, lo que significa que una persona puede acudir al tratamiento a primera hora de la mañana, entre reuniones o clases, o en la pausa del almuerzo. Esta flexibilidad hace que el tratamiento sea mucho más accesible para muchos pacientes, y también les permite recibir ayuda sin renunciar a sus responsabilidades fuera del tratamiento.
La Terapia TMS profunda potencia los efectos de la terapia de exposición y prevención de respuesta y no prescinde de esta piedra angular del tratamiento del OCD. De hecho, la TMS profunda puede realizarse junto con la EPR y la terapia cognitivo-conductual, o con medicamentos.
¿Dónde puedo encontrar la TMS para el OCD?
Si usted o un ser querido desea recuperar el control de su vida frente a la enfermedad mental, GIA Chicago puede ayudarle. Como clínica de salud mental especializada en estimulación magnética transcraneal, ofrecemos las técnicas terapéuticas basadas en pruebas más vanguardistas y actualizadas para el OCD.
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