Por qué alguien puede decir: «La TMS me empeoró» o «La TMS me arruinó la vida»

El tratamiento de los trastornos mentales suele conllevar efectos secundarios desagradables, mientras que algunos tratamientos tampoco son eficaces. Es natural que alguien se pregunte sobre la validez de la terapia TMS antes de iniciar el tratamiento, pero comprender la naturaleza de la TMS puede responder a la pregunta de si puede empeorar los síntomas de la depresión o la ansiedad.

¿Qué es la estimulación magnética transcraneal (TMS)?

La estimulación magnética transcraneal (TMS) es un tratamiento no invasivo alternativo a la terapia electroconvulsiva que se ha utilizado como uno de los tratamientos de salud mental durante décadas. Normalmente se realiza en sesiones de TMS de menos de treinta minutos y es especialmente eficaz para tratar la depresión resistente a la medicación, aunque también se utiliza para tratar otros trastornos de salud mental.

Aunque existen tratamientos eficaces para la depresión grave y el trastorno de ansiedad generalizada, estas opciones de primera línea no son eficaces para todo el mundo. La TMS suele utilizarse cuando los pacientes no responden a los tratamientos típicos, como los antidepresivos, y ha ayudado a mejorar los síntomas de la depresión y la ansiedad.

Cómo funciona la TMS

El tratamiento TMS funciona mediante impulsos magnéticos repetitivos, por lo que suele denominarse estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS).

Los pacientes están despiertos durante la sesión de TMS y pueden reincorporarse a su vida cotidiana inmediatamente después. Un profesional del tratamiento coloca una bobina magnética alrededor de la cabeza de la persona, que envía impulsos magnéticos a través del cráneo de forma no invasiva e indolora. Los pulsos llegan a las neuronas y estimulan la actividad cerebral en el córtex prefrontal dorsolateral (DLPFC). Al regular un desequilibrio en la actividad del córtex prefrontal, la Terapia TMS se utiliza para tratar la depresión y la ansiedad y aliviar los síntomas asociados a los trastornos mentales.

Las neuronas estimuladas forman nuevas vías de comunicación con otras partes del cerebro, interrumpiendo cualquier patrón que pueda haber contribuido a los síntomas de la depresión o la ansiedad.

“La TMS me hizo empeorar” – ¿Puede la TMS realmente empeorarle?

Aunque pocas personas hayan tenido una experiencia negativa con el tratamiento de TMS, los estudios clínicos indican que hay muchas probabilidades de que la TMS funcione para la mayoría de las personas.

De hecho, es posible que el tratamiento no funcione para absolutamente todo el mundo, pero cuando un paciente recibe un diagnóstico preciso y el tratamiento se realiza correctamente, la TMS es muy eficaz para tratar la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de estrés postraumático.

Por ejemplo, alguien podría decir “la TMS arruinó mi vida” si tiene implantes metálicos o un implante médico que contenga metal en la cabeza o el cuello o alrededor de ellos. Corren un alto riesgo y normalmente no pueden recibir tratamiento, y esto debe detectarse en el momento del diagnóstico. Dispositivos como clips de aneurisma o implantes cocleares, o metralla y fragmentos de bala, pueden interactuar con los campos magnéticos y, por tanto, significar que una persona no puede someterse a TMS. Con un diagnóstico adecuado por parte de profesionales sanitarios experimentados, estos riesgos se detectan y evitan antes de iniciar el tratamiento.

La razón más común para quienes dicen “la TMS me ha hecho empeorar” es que algunos pacientes experimentan un bajón de TMS. El bajón se produce hacia la mitad del tratamiento y consiste en un empeoramiento temporal de los síntomas de depresión o ansiedad a medida que las neuronas se adaptan a los nuevos cambios. Los pulsos magnéticos que estimulan las neuronas del cerebro interrumpen la actividad regular, una alteración que puede aumentar la energía de la persona o empeorar los síntomas. Lo importante es que esto es momentáneo, y el alivio de los breves síntomas aparece pronto. Es muy parecido al inicio de los antidepresivos, en el que los pacientes pueden experimentar efectos secundarios iniciales, ya que el cuerpo necesita tiempo para adaptarse a la nueva medicación hasta que puede hacer pleno efecto.

También es posible que alguien diga que la TMS “le ha empeorado” debido a un diagnóstico erróneo, como cuando a alguien con trastorno bipolar se le diagnostica depresión. Alguien con trastorno bipolar podría experimentar un empeoramiento de sus síntomas, o alguien con trastorno de pánico podría experimentar que la TMS empeora su ansiedad.

En GIA Chicago, una evaluación psiquiátrica profesional garantiza que los diagnósticos sean precisos. Los expertos realizan exámenes médicos, que incluyen exámenes mentales y físicos, con el fin de evaluar la salud emocional, psicológica y de comportamiento. Los exámenes también tienen en cuenta los antecedentes personales, familiares y médicos, adoptando un enfoque holístico de las circunstancias y necesidades de la persona. De este modo, se tienen en cuenta todos los aspectos de una enfermedad antes de diseñar un programa de tratamiento integral.

Se ha demostrado que la TMS es segura y eficaz para tratar los síntomas de la depresión

Los tratamientos con TMS han demostrado ser seguros y muy eficaces para tratar la depresión mayor. Es un tratamiento aprobado por la FDA y tiene varias ventajas.

La depresión se ha relacionado con un funcionamiento anormal de las células nerviosas en determinadas partes del cerebro. Los impulsos de campo magnético altamente focalizados que se utilizan en la estimulación magnética transcraneal estimulan suavemente estas células, mejorando así la funcionalidad cerebral y aumentando la capacidad de la corteza prefrontal para regular las emociones.

Normalmente, las opciones de tratamiento de los trastornos mentales conllevan efectos secundarios que pueden ser muy desagradables o incluso dolorosos. Una gran ventaja de la TMS sobre otros tratamientos es que carece de efectos adversos graves. Mientras que los antidepresivos pueden conllevar aumento de peso, disfunción sexual, fatiga, insomnio, náuseas, sequedad de boca o problemas gastrointestinales, entre otros efectos secundarios, el tratamiento con TMS apenas tiene efectos secundarios.

En el caso de que las personas sometidas a TMS experimenten efectos secundarios, lo más probable es que se trate de molestias temporales durante o después de las sesiones de tratamiento. La mayoría de los pacientes refieren un hormigueo en la piel o una sensación en el cuero cabelludo o la mandíbula, un leve dolor de cabeza o espasmos faciales durante el tratamiento. Además, los pequeños efectos secundarios de la TMS disminuyen tras unas pocas sesiones, mientras que otros tratamientos de la depresión pueden tener efectos duraderos que alteren la vida. Muchos pacientes que reciben TMS afirman no experimentar ningún efecto secundario tras la primera semana de tratamiento.

La TMS también elimina los efectos secundarios cognitivos que se producen con métodos como la terapia electroconvulsiva. La confusión a corto plazo, los problemas de concentración y los problemas de memoria muy comunes después de la TEC no están presentes con el tratamiento TMS. Además, a diferencia de la TEC, los pacientes que reciben TMS no tienen que estar sedados ni tomar relajantes musculares. Por el contrario, están despiertos y alerta y se sientan cómodamente en una silla reclinable mientras reciben la terapia.

¿Puede la TMS dañar el cerebro?

No hay pruebas de que la TMS pueda dañar el cerebro, provocar tumores cerebrales, afectar a la concentración o causar pérdida de memoria. De hecho, estudios clínicos sugieren que la TMS puede mejorar la memoria y podría utilizarse en pacientes con Alzheimer.

Los campos magnéticos utilizados en la Terapia TMS son similares a los de una resonancia magnética, pero con una exposición mucho menor. La energía magnética utilizada en la terapia TMS completa equivale a una pequeña fracción de una exploración cerebral con resonancia magnética. Siempre se toman precauciones con las personas que, en el momento del diagnóstico, tienen antecedentes de traumatismos craneoencefálicos, se han sometido a cirugía cerebral o han sufrido convulsiones. Estos pacientes tienen un pequeño riesgo de sufrir convulsiones, pero no es mayor que el riesgo que conllevan los antidepresivos orales comunes.

¿Puede la TMS empeorar los síntomas de ansiedad?

Los resultados positivos y satisfactorios de los estudios realizados en todo el mundo sobre el tratamiento con TMS para algunos trastornos de ansiedad no muestran pruebas de que la TMS empeore la ansiedad. Los centros de tratamiento no mencionan la ansiedad como un efecto secundario del tratamiento con TMS, y sólo pueden desencadenar mayores niveles de ansiedad en algunos casos, como la administración de rTMS a un paciente con trastorno de pánico.

En el tratamiento de la depresión, la TMS ha mostrado cierto aumento de la ansiedad en los pacientes, pero no se ha demostrado que empeore la ansiedad en general. La mayoría de los pacientes que reciben TMS dicen sentirse más tranquilos.

Otra razón por la que alguien puede decir que la TMS empeoró su ansiedad es que puede necesitar otra ronda de tratamiento. Como en la mayoría de las terapias, nunca se aconseja no completar un ciclo de tratamiento, pero incluso para quienes completan una serie de sesiones, puede ser necesaria una segunda serie dependiendo de la persona. La mejoría más significativa de la ansiedad se da entre quienes han sido diagnosticados de ansiedad comórbida, o depresión ansiosa. En estos casos, cuando alguien tiene a la vez depresión y ansiedad, la TMS es muy eficaz, ya que afecta a zonas del cerebro relacionadas.

Tasa de éxito de la TMS

De las personas con depresión resistente al tratamiento, entre el 50% y el 60% experimentan una respuesta satisfactoria con el tratamiento TMS. Un tercio de estas personas también experimentan que sus síntomas desaparecen por completo, lo que significa que han tenido una remisión completa.

Otros estudios demuestran que la remisión conseguida tras el tratamiento con TMS continúa al cabo de un año en el 62,5% de los pacientes.

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